䷉ Un día dejé de usar reloj ⌚️
Escucha nuestro podcast “No te Quedes en la Banca” en Spotify o en Apple
Te invito a unirte a nuestro canal de Telegram y recibe actualizaciones de inmediato de artículos, resúmenes de libros y nuevas entrevistas del podcast.
No recuerdo cuando comencé a usar reloj, pero tan no me acuerdo que han pasado muchísimos años. Desde que empecé a correr (2008) compré un reloj (Polar) que te mide el ritmo cardíaco, ritmo de carrera, distancia, etc. El último que compré (Garmin), en lugar de medir con una banda que se coloca en el pecho, lo hace directamente en la muñeca y todo el día y noche, está monitoreando: ritmo cardíaco, pasos, distancia, zonas, etc. Toda esa información la envía a un app en mi teléfono y de ahí lo distribuyo a otras apps como Strava. La verdad es que estos relojes te resuelvan mucho al momento de entrenar, ahí mismo cargas tu entrenamiento y te va avisando en que parte del entrenamiento vas, si debes subir o bajar el ritmo. Cuando no entrenas, de todos modos sigue el monitoreo, y la conexión con el teléfono es permanente. Tan así que todas las notificaciones que necesites las puedes activar. Si me llaman, no suena mi teléfono, vibra mi reloj y así me doy cuenta de la llamada. Esta es la única notificación que tengo activa, pero puedes activar todas las que quieras.
Total que decidí quitarme el reloj y ver si había un cambio. Apenas llevo un par de meses y si he sentido mayor energía, aunque no se si es predisposición … el efecto placebo. Pero más allá de si tuve un cambio de energía o de salud, lo que SI puedo confirmar es un cambio en mi enfoque, en mi nivel de estrés que nunca había identificado con mi reloj. Como comentaba antes, en mi reloj tenía las notificaciones de mi teléfono, por lo que toda llamada me alertaba de inmediato y tenía que decidir si contestar o no el teléfono. No me gusta tener mi teléfono en sonido, por lo que siempre lo tengo en vibrar. Pues resulta que tenerlo en vibrar no siempre resulta en darme cuenta que tengo una llamada y eso es el primer cambio que note. Las llamadas pocas veces son urgentes, incluso necesarias. Reportarme después de recibir una llamada, no me ha generado ningún problema, ni a mí ni a quién me llamó antes. Cuando alguien no te contesta, asumes que la persona está ocupada y esperas a que te regresen la llamada.
El segundo cambio es que ya no me importa que hora es, me enfoco en lo que estoy haciendo en el momento. Antes constantemente volteaba a ver mi reloj, de forma inconsciente, pero siempre estaba al pendiente de la hora. La puntualidad siempre me ha parecido un punto importante, pero aun y cuando no tenía compromisos, buscaba ser puntual con mis cosas: a que hora “debía” comer, a que hora “debía” estar en la oficina, a que hora “debía” hacer ejercicio, etc. La realidad es que no hay que cumplir un horario, cuando los compromisos son contigo mismo, cuando no involucra alguien más a quien sí puedas afectar. Claro que si tienes el compromiso de entrenar a las 6 AM, debes de cumplir contigo y tu compromiso. Pero si comes alrededor de las 2 PM, llegar a la 1.50 o a las 2.10 no hace gran diferencia y si un día te quedaste trabajando porque estabas enfocado, tampoco pasa nada si comes más tarde o si un día no comes! Mi punto es que me he relajado muchísimo en mi día a día, voltear al reloj me provocaba mucho estrés, sin siquiera saberlo. Si no me quito el reloj, no me habría dado cuenta de este hábito que tenía y que no me estaba generando beneficio.
Seguramente, como este hábito que forme, puedo identificar otros más. Creo que es una gran oportunidad, detenernos a identificar que acciones hacemos de forma inconsciente, en piloto automático, y que asumimos que así debe ser o que no nos cuestionamos. Por ejemplo, otro hábito que tengo, y creo que muchos tenemos, es el constantemente voltear a ver la pantalla de mi teléfono. No importa si tengo o no una notificación, por costumbre volteo a verlo y esto me genera distracciones, romper el ritmo de trabajo, cambiar el enfoque, etc. Algo que estoy practicando es: eliminar avisos del celular (como ya no tengo reloj, ya no me doy cuenta de las notificaciones), voltear el teléfono para que no prenda la pantalla y a veces ponerlo en modo "noche" para que de plano no entren llamadas. También en mi casa, estoy tratando de dejarlo en algún lugar donde no lo pueda ver, aunque esto me sigue costando hacerlo.
Y tú, que hábito que haces actualmente, quisieras cambiar?
Si quieres leer otros artículos, te invito a visitar mi blog.
Por cierto, si estás pensando en correr y te gusta leer, te recomiendo mucho el libro:
Nacidos para Correr (Burn to Run) de Christopher McDougall
Protegida por el terreno más abrupto de América del Norte, la misteriosa tribu de los tarahumara de las Barrancas del Cobre, en México, custodia un arte perdido. Durante siglos han desarrollado técnicas que les permiten correr cientos de kilómetros sin descanso, convirtiéndolos en los corredores de fondo más rápidos de todos los tiempos. Este talento, casi sobrehumano, convierte a los tarahumara en hombres serenos e inmunes a las enfermedades y a las tensiones de la vida moderna. Con la ayuda de Caballo Blanco, un curioso personaje que años atrás se internó en las salvajes barrancas para vivir entre ellos, el autor pudo desvelar los secretos de este pueblo mítico al tiempo que descubría al atleta que llevaba dentro, entrenándose para uno de los mayores retos de su vida: una carrera de ochenta kilómetros que enfrentaría a la tribu contra un extraño grupo de corredores.
Síguenos
Instagram / Twitter / Facebook
Si te gusto este newsletter, compártelo con tus conocidos o con quien creas que le puede ser útil. Solo reenvíale este correo y podrá inscribirse grátis. Queremos llegar a 10,000 suscriptores y necesitamos tu ayuda!
Escríbeme a mauricio@grouhub.com con cualquier recomendación o comentario que tengas. Si quieres hacer una pregunta, con gusto la contestamos en el siguiente newsletter.
publicidad:
En Fintual redefinimos las inversiones para hacerlas simples, transparentes y al alcance de todas las personas. #fintech